A veces, las personas pueden tener dificultades para quedarse quietas, prestar atención o controlar el comportamiento impulsivo. Sin embargo, para algunas personas, los problemas son tan generalizados y persistentes que interfieren con todos los aspectos de sus vidas: en el hogar, la escuela, la comunidad y el trabajo.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta al 11% de los niños en edad escolar. Los síntomas persisten hasta la edad adulta en más de las tres cuartas partes de los casos. El TDAH se caracteriza por niveles inapropiadamente desarrollados de falta de atención, impulsividad e hiperactividad.
Las personas con TDAH pueden tener mucho éxito en la vida. Sin embargo, si no se identifica y trata adecuadamente, el TDAH puede tener consecuencias graves, que incluyen fracaso escolar, estrés y ruptura familiar, depresión y problemas de relación, abuso de sustancias, delincuencia, accidentes, lesiones y fracaso laboral.
La identificación y el tratamiento tempranos son muy importantes. Los niños desatentos, impulsivos e hiperactivos fueron reconocidos por primera vez por la ciencia médica en 1902. Desde entonces, el trastorno ha recibido múltiples nombres, que incluyen deterioro cerebral mínimo, hiperactividad infantil y trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. De acuerdo con el Manual diagnóstico y estadístico, sistema de clasificación, quinta edición (DSM-5), el trastorno ha sido rebautizado como trastorno por déficit de atención/hiperactividad o TDAH. El nombre actual refleja la importancia del aspecto de falta de atención del trastorno, así como otras características del trastorno, como la hiperactividad y la impulsividad.
SIGNOS Y SÍNTOMAS:
Es normal que a los niños les cueste concentrarse por momentos, y es normal que se porten bien. Sin embargo, los niños con TDAH no superan estos comportamientos a medida que crecen. Los síntomas son persistentes y pueden generar dificultades en la escuela, en el hogar o con los amigos.
Un niño con TDAH puede mostrar los siguientes comportamientos:
- Fantasear mucho.
- Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
- Moverse nerviosamente.
- Hablar mucho.
- Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
- Tener problemas para resistir la tentación.
- Tener problemas para respetar turnos.
- Tener dificultades para llevarse bien con otros.
TIPOS:
Hay tres tipos diferentes de TDAH, según el tipo de síntomas que una persona tenga más fuertes:
Presentación en la que predomina la falta de atención: la persona tiene dificultad para organizar o completar una tarea, prestar atención a los detalles o seguir instrucciones o conversaciones. Una persona se distrae fácilmente u olvida los detalles de su rutina diaria.
Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: La persona está agitada y locuaz. Tiene problemas para permanecer sentado durante mucho tiempo (durante una comida o mientras se hacen los deberes). Los niños pequeños pueden correr, saltar o trepar constantemente. La persona se siente ansiosa y tiene problemas de impulsividad. La persona impulsiva a menudo interrumpe a los demás, toma cosas que pertenecen a otros o habla en momentos inapropiados. Es difícil para una persona tomar turnos o escuchar instrucciones. Una persona impulsiva puede tener más accidentes y lesiones que otras.
Presentación combinada: Los síntomas de los dos tipos anteriores están igualmente presentes en la persona
TRATAMIENTO:
Cuando a un niño se le diagnostica TDAH, los padres suelen tener dificultades para determinar la mejor manera de ayudar a su hijo. Es importante que los padres recuerden que el TDAH se puede tratar con éxito. Hay muchas opciones de tratamiento, por lo que los padres deben trabajar en estrecha colaboración con todas las personas involucradas en la vida de su hijo: médicos, terapeutas, maestros, entrenadores, otros profesionales y otros miembros de la familia. El uso de todos los recursos disponibles ayudará a los padres a guiar a sus hijos hacia el éxito.
- Terapia Cognitivo Conductual
Las investigaciones muestran que la terapia conductual es una parte importante del tratamiento de niños con TDAH. Este trastorno afecta no solo la capacidad del niño para prestar atención o sentarse en la escuela, sino también sus relaciones con su familia y con otros niños. Los niños con TDAH a menudo muestran comportamientos que pueden hacer que los demás se sientan muy incómodos. La terapia conductual es una opción de tratamiento que puede ayudar a reducir estos comportamientos. A menudo es útil comenzar la terapia conductual tan pronto como se haga el diagnóstico. El objetivo de la terapia conductual es aprender o reforzar comportamientos positivos y eliminar comportamientos no deseados o problemáticos. Esta terapia puede incluir capacitación en terapia conductual para padres, terapia conductual con niños o una combinación de ambas. Los maestros, también pueden usar la terapia conductual para ayudar a reducir los comportamientos problemáticos en el salón de clases.
- Medicamentos
Los medicamentos pueden ayudar a los niños con TDAH en su vida diaria, y la terapia con medicamentos puede ser una forma eficaz de controlar los síntomas del TDAH.
- Estimulantes: estos son los medicamentos para el TDAH más populares y ampliamente utilizados. Muchos niños con TDAH desarrollan menos síntomas cuando toman estos medicamentos de acción rápida.
- Sin estimulantes: estos medicamentos no funcionan tan rápido como los estimulantes, pero pueden durar hasta 24 horas.
Los medicamentos pueden afectar a cada niño de manera diferente. Un niño puede responder bien a un medicamento, pero no al otro. Es posible que los médicos deban experimentar con diferentes medicamentos y dosis, por lo que es importante que los padres trabajen con el médico para encontrar el mejor medicamento para su hijo.
- Psicoeducación a los padres y familiares
Los padres y familiares aprenden conceptos básicos sobre el TDAH; asimismo, conocerán nuevas habilidades o fortalecerán las existentes para enseñar, dirigir y controlar el comportamiento de sus hijos. Además, se ha demostrado que capacitar a los padres en terapia conductual fortalece las relaciones entre padres e hijos y reduce los comportamientos negativos o problemáticos en los niños.
CONSEJOS PARA LOS PADRES
A continuación, se incluyen ejemplos que pueden ayudar con el comportamiento de los hijos:
- Cree una rutina. Trate de seguir el mismo horario de actividades todos los días.
- Organícese. Anime a su hijo a colocar la mochila de la escuela, la ropa y los juguetes en el mismo lugar todos los días; de este modo, será menos probable que el niño los pierda.
- Controle las distracciones. Apague la televisión, limite el ruido y proporcione un espacio de trabajo limpio cuando su hijo esté haciendo la tarea escolar.
- Limite las opciones. Ofrezca pocas opciones para elegir de modo que su hijo no se sienta abrumado ni sobrestimulado.
- Sea claro y específico cuando hable con su hijo. Dé indicaciones claras y breves cuando el niño tenga que hacer algo.
- Ayude a su hijo a planificar. Divida las tareas complicadas en pasos más simples y cortos. Para las tareas largas, comenzar con tiempo y hacer pausas puede ayudar a limitar el estrés.
- Utilice metas y reconocimiento u otra recompensa. Utilice una tabla para enumerar las metas y registrar las conductas positivas, luego hágale saber a su hijo que lo hizo bien diciéndoselo o recompensándolo de otra manera.
- Imponga disciplina de forma eficaz. En lugar de alzar la voz o pegarle a su hijo, use tiempo fuera o quítele privilegios como consecuencia de comportamientos inapropiados.
Psic. Sandra Reyes
Centro Psicológico Neurocare